Algunas herejías de los primeros cristianos

Volumen 8, Unidad 3, Lección 14

June 02, 2024

A veces el término herejía se utiliza con demasiada libertad. No todo desacuerdo sobre las Escrituras es herejía. Pero no hay duda de que la verdadera herejía es un asunto serio.

 

Menos de una generación después del nacimiento de la Iglesia en Pentecostés, los falsos maestros ya estaban torciendo la verdad sobre Jesús. La herejía fue una peligrosa amenaza para la iglesia primitiva, y todavía lo es hoy. ¿Pero qué es realmente la herejía?

 

Básicamente, herejía es una negación o distorsión de las enseñanzas cristianas. Esto podría sonar poco serio, pero 2 Pedro 2:1 dice que las herejías conducen a la destrucción, tanto para el que las enseña como para el que las cree. Las herejías han causado división en la Iglesia durante los últimos dos mil años. Y las herejías que se enseñan hoy son sorprendentemente familiares. Por lo general, no son más que antiguas herejías que han sido actualizadas para un público moderno. Con esto en mente, examinemos cinco herejías contra las cuales luchó la iglesia primitiva. Esto no solo nos ayuda a entender las preocupaciones de Pablo sobre los falsos maestros, también nos ayuda a levantarnos contra la falsedad en nuestro tiempo.

 

El gnosticismo recibe su nombre de la palabra griega para “conocimiento”. Los gnósticos creían que la salvación se puede alcanzar al conocer misterios y secretos espirituales. También creían en el dualismo, una creencia incorrecta según la cual el mundo material—incluyendo el cuerpo humano—es malo y solo las cosas espirituales son buenas.

 

El marcionismo debe su nombre a Marción, su fundador, un dueño de embarcaciones que vivió en el segundo siglo. Marción propagó la enseñanza falsa de que había dos dioses: uno era el dios creador del Antiguo Testamento, que actuaba como un juez severo. Y el segundo era el dios bueno del Nuevo Testamento, que envió a Jesús para redimir a la humanidad.

 

El sabelianismo debe su nombre a su fundador, Sabelio. El sabelianismo, que también se conoce como modalismo, niega la Trinidad, y enseña que Dios ha revelado su naturaleza en diferentes modos a través de la historia: primero como Padre, después como Hijo y ahora como el Espíritu Santo.

 

El docetismo recibe su nombre de la palabra griega que significa “parecer”. Para los docetistas, lo que “parecía” increíble era el cuerpo físico de Cristo. Todas las enseñanzas relacionadas con el docetismo niegan que Jesús viniera en una forma material y corporal.

 

El arrianismo recibió el nombre de su fundador, Arrio, que difundió la falsa enseñanza de que Jesús era un ser creado en lugar de ser eternamente existente con el Padre. Parte de esta herejía provenía de la creencia de Arrio de que Dios Padre era incognoscible, y que Jesús podría haber sido conocido por los seres humanos solo si hubiera sido creado.

 

Entonces, ¿cómo luchamos contra herejías como éstas?

 

Primero, estudie la Palabra de Dios. Conocer la verdad lo ayudará a reconocer lo que es falso.

 

Segundo, apóyese en fuentes piadosas y confiables. Pastores, maestros y declaraciones doctrinales oficiales pueden ayudarlo a mantener el rumbo.

 

Finalmente, concéntrese en el enfoque de las Escrituras. Hebreos 13:9 nos advierte que no nos dejemos llevar por “doctrinas extrañas”. Por el contrario, debemos aferrarnos firmemente a la Palabra fiel y verdadera que hemos recibido.


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