Volumen 5, Unidad 1, Lección 1
En la primera parte del siglo 20, muchos científicos seculares creían que el universo no tenía principio ni fin, que estaba en una «condición estacionaria». Es obvio, que si el universo siempre existió, no había «principio» del cual preocuparse.
Casi al mismo tiempo Einstein estaba desarrollando su Teoría de la Relatividad que, para su sorpresa, requería un punto de partida para el universo. Einstein estaba tan preocupado por la implicación que «Dios» podría tener en un punto incial, que modificó sus ecuaciones para quitar ese punto de partida. No es muy científico cambiar ecuaciones matemáticas para acomodarlas a una visión del mundo. Se dice que Einstein más tarde declaró que este fue «el mayor error que había cometido en su vida». Hoy, la gran mayoría de los científicos cree que el universo, sí tuvo un principio.
Y ahí es donde comienza la Biblia: «En el principio». Hubo un «principio»: el principio del mundo; el principio de la revelación de Dios como Creador y, en última instancia, Redentor; y el principio de tu historia y la mía. De hecho, la primera declaración de la Biblia acerca de nosotros es que tú y yo estamos aquí con un propósito. No somos accidentes cósmicos o producto de las fuerzas ciegas del universo. Fuimos creados por un Dios poderoso, inteligente y amoroso que grabó en nosotros su propia imagen y sopló en nosotros su propia vida. Por lo tanto, tenemos un valor como seres humanos que ninguna filosofía o prejuicio políticamente correcto podría quitarnos jamás.
La audiencia israelita a la que Moisés escribió en Génesis tal vez estaba informada de diferentes historias de la creación, de otras naciones. Muchos «mitos» de la creación presentaban deidades egocéntricas y perezosas que crearon a los seres humanos para que fueran una suerte de esclavos o juguetes. Pero esa no es la historia de Génesis 1 y 2. De hecho, no hay literatura religiosa que tenga una visión más elevada de Dios y del ser humano que los dos primeros capítulos de la Biblia.
Aunque estos capítulos pueden plantear preguntas sobre «cómo» y «cuándo» Dios creó, lo más importante es que revelan «quién» es Dios y «por qué» estamos aquí. Esas son las preguntas importantes y de esas verdades podemos estar seguros.