El peligro de los hábitos destructivos

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«…y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres». (Juan 8:32, NTV)

Yo puedo decir que ser libre es venir a Cristo y permanecer en Él. Esa libertad te permite amar a Dios, tu familia, la iglesia, y tu prójimo. 

Este mundo define la libertad como tu elección caprichosa de lo que deseas hacer. En la mayoría de los casos solo es un libertinaje desmedido, que trae perdición, y en el que te hundes hasta convertirte en esclavo de malos hábitos que solo alimentan tus deseos carnales.

1. Mi vida antes de Cristo

Mi vida antes de Cristo fue de esclavitud e inseguridad personal y social; una vida llena de rencor y odio; una vida de soledad, porque tener amigos que viven como tú es correr a la muerte con alguien en tu misma situación. 

Nada me sastifacía, tenía un vacío enorme en mi corazón; sin esperanza en ningún sentido; sin propósito. Esa fue una vida difícil, marcada por la ausencia de un padre. Mis malas deciciones me condujeron a vivir en las calles y a los malos hábitos. 

2. Cómo llegué a Cristo 

A causa de mi pecado, tenía solo dos opciones: la cárcel o la muerte (aunque ya vivía en una cárcel espiritual). Pero, vine a Cristo en el año 2006 y Dios usó el programa Teen Challenge para traer libertad a mi vida. Una noche de oración y adoración, no quería aceptar esa libertad porque tenía miedo al cambio; no sabía lo que era ser cristiano y temía fracasar. Finalmente cedí, y nunca me sentí tan libre como ese día; me di cuenta de que todo lo que buscaba, lo había encontrado en Cristo: amor, gozo paz, libertad, identidad.

Ser nueva criatura es vivir en Cristo, es volver a nacer.

3. Mi vida después de Cristo

En la vida cristiana hay aciertos y desaciertos pero todo es parte de crecer en la gracia de Dios. Por Su gracia yo he sido restaurado. Por Su gracia completé mis estudios bíblicos, y ahora tengo una familia. Por gracia, todas las cosas son hechas nuevas en Él.

4. Lecciones que he aprendido y quiero compartir

En mi vida de libertad, he aprendido: A depender de Cristo en todo tiempo y no de una circunstancia para encontrar el gozo. En Teen Challenge tenemos un proverbio: «Si no permites que la sangre de Jesucristo acabe con tu pecado, tu pecado acabará contigo». Esto es real, he visto como muchos han sido aniquilados por el pecado, porque decidieron no cambiar de ruta.

Hoy puedo decir que el regalo de Dios para mí es la vida eterna; sin Cristo no hay un mañana prometedor, solo Él es nuestra esperanza de vida.